Conforme tu empresa crece, tus responsabilidades como dueño crecen exponencialmente y debes empezar a delegar algunas de las cosas que hacías con anterioridad.
Quizás escuchaste alguna vez el término, pagos a terceros. En el artículo de hoy, te vamos a explicar qué son estos pagos y cuál es su tratamiento fiscal.
¿Qué son los pagos a terceros?
Los pagos a terceros son aquellos hechos por una persona física o moral a otra persona o entidad, que no es parte de la empresa o actividad económica de quién realiza el pago. Esta definición puede sonar un poco difícil de comprender, pero lo podemos entender de esta manera:
Son operaciones en las que un contribuyente le pide a un tercero que haga un pago a su nombre. Estos pagos no son aquellos ejecutadospor el dueño de una empresa o un empleado de la misma que realiza el pago.
Algunos ejemplos de este tipo de operaciones podemos encontrar: el pago de honorarios por servicios profesionales, arrendamiento de bienes raíces o comisiones por ventas. El tratamiento fiscal depende del tipo de pago y la relación entre el que paga y el que recibe el capital.
Criterios para que los pagos a terceros sean deducibles
Cabe resaltar que estos pagos pueden ser deducibles, sin embargo, para evitar que se abuse de este tipo de pagos, el Servicio de Administración Tributaria pone algunos criterios que debes tener en cuenta.
- El tercero puede solicitar facturas electrónicas con el Registro Federal de Contribuyentes (RFC) si este reside en el extranjero.
- El contribuyente, y no el tercero, podrá acreditar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que los proveedores de bienes y/o prestadores de servicios trasladen.
- El reintegro a las erogaciones hechas deberá hacerse con cheque nominativo a favor del tercero que realizó el pago o mediante traspasos a sus cuentas por instituciones de crédito o casas de bolsa, sin cambiar los importes consignados en el CFDI expedido por los proveedores de bienes y prestadores de servicios.
También te recomendamos los siguientes aspectos que debes cuidar para poder deducir estos pagos.
Verificar la validez de la factura: Asegúrate de que la factura emitida por el tercero que prestó el servicio o vendió los bienes esté completa y sea válida ante el SAT. La factura debe contener información detallada sobre el servicio o bien proporcionado, así como los datos fiscales tanto del tercero como del receptor.
Retener el ISR correspondiente: Asegúrate de calcular correctamente el ISR correspondiente y retenerlo del pago al tercero. Si no lo haces correctamente, podrías enfrentar sanciones por parte del SAT.
Comprobar que el gasto es deducible: No todos los pagos a terceros son deducibles de impuestos. Asegúrate de que el gasto esté relacionado directamente con la actividad económica de tu empresa y que sea necesario para generar ingresos. Por ejemplo, si tu empresa contrata a un abogado para resolver un problema legal relacionado con tu negocio, ese gasto es deducible.
Mantener una contabilidad adecuada: Es importante que registres correctamente todos los pagos a terceros en tu contabilidad, con el fin de poder justificar su deducción en caso de ser requerido por el SAT.
Considerar el límite de deducción: Existe un límite de deducción del 4% de los ingresos totales de tu empresa en el año fiscal para los pagos a terceros. Asegúrate de no exceder ese límite para evitar problemas con el SAT.
Recuerda que manejar estos temas es delicado y es mejor estar asesorado por expertos en la materia y que se mantengan al día con las modificaciones a la legislación.
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By: Fabiola Jazmin Gutierrez Perez
